No es la tecnología la que alterará la industria inmobiliaria, sino la capacidad de las empresas para adoptarla y formar a sus empleados.
Es en estos tiempos de incertidumbre cuando el factor humano se hace crucial en todos los procesos y ha quedado sobradamente demostrado que está por encima del componente tecnológico. Además de la consabida adaptación al teletrabajo, en el sector de la valoración y tasación nos hemos enfrentado a un reto técnico sin precedentes.
Toda la información de mercado acumulada durante años en nuestras bases de datos quedaba fuera de juego. Se ponía en tela de juicio el método de valoración por excelencia, como es el método de comparación, y se hacía más necesario que nunca contar con información de mercado de primera mano y sobre todo localizada en cada uno de los micromercados que rodean la valoración de un activo.
Desde el primer momento, en Alia Tasaciones hemos sido conscientes de que valorar en tiempos de incertidumbre no significa un recorte de los valores en los activos, es decir, anticiparse a caídas que pueden o no producirse, considerando que en la situación actual habrá un mayor gap entre el precio ofertado y el precio de cierre, según qué casos. No es lo mismo inmuebles con terrazas o en la periferia, que inmuebles en interiores. Ello requiere de un análisis más profundo de los distintos activos. Para ello se aplican correcciones mayores en los precios de oferta en vista a estas hipotéticas bajadas en zonas concretas. Si fuera necesario, se complementa el método de comparación con el de actualización de rentas de mercado para cotejar que el valor de mercado que sale sea equilibrado.
Valoraciones, tecnología y personas
Los avances tecnológicos han sido claves para que esta adaptación haya sido posible. Ahora más que nunca el binomio máquina – valorador se hace, si cabe, más transcendental aún. ¿Qué sería de la máquina sin el valorador y el valorador sin la máquina en estos tiempos de incertidumbre? Es evidente que los algoritmos complejos con los cuales se programan las valoraciones automatizadas pueden ser reprogramados con rapidez para pronosticar diferentes escenarios y probabilidades, pero es que…, ¿acaso todos los mercados se comportan de la misma manera?
Estamos siendo testigos de cómo ha aumentado la demanda para vivienda unifamiliar con jardín en pueblos de o cómo ha aumentado la oferta de oficina en alquiler a causa del teletrabajo, por no hablar de la demanda de pisos exteriores, más grandes y con terraza o de espacios logísticos para cubrir la última milla en el e-commerce. Demasiadas variables y muy diferentes para que no sea imprescindible la mano experta del valorador detrás de cada valoración. Es poner la herramienta a disposición del hombre para que en base a datos pueda tomar decisiones más certeras y precisas.
Transformación digital en el sector de la valoración y tasación
Desde hace dos años, en Alia Tasaciones venimos hablando de dos figuras fundamentales en el proceso de valorar dentro de la transformación digital del sector, el VDI (Valuation Data Interpreter) o analista de datos, con amplias bases de datos a su disposición y habilidades en el manejo de herramientas tecnológicas asociadas a la valoración, y el VLI (Valuation Local Inspector) como verificador de la información en campo, a la cabeza del proceso. Figuras que aportan valor por separado y que sumadas suponen alcanzar un alto grado de eficiencia y eficacia con la vista siempre en dar el mejor resultado que transmita total confianza.
La situación actual ha potenciado todavía más estos procesos, ya no solo por la experiencia y eficiencia de cada uno de ellos en su cometido, sino que incluso en la época del confinamiento más duro se convirtió en una necesidad para la subsistencia y mantenimiento de las estructuras de las Sociedades de Tasación.
Imaginemos que tenemos que valorar un hotel, el activo inmobiliario más afectado por la pandemia. ¿Qué aportaría cada uno? El VDI, como experto, tendría a su alcance una gran cantidad de datos (Big Data) que afectan al sector (Revpar, ADR, GOPPAR…) y unas herramientas de Business Intelligence basadas en modelos predictivos, que permitan dar como resultado una opinión de valor no retrospectivo sino prospectivo. El VLI, por su parte, pondría el foco en la calidad edificatoria, el estado de conservación, la apreciación en campo, el detalle.
Tenemos que formarnos y prepararnos para los cambios actuales y los que están por venir. No es la tecnología la que alterará la industria inmobiliaria, sino la capacidad de las empresas para adoptarla y formar a sus empleados. Es fundamental el aprendizaje permanente en el uso de las nuevas herramientas. Sin olvidar las habilidades no técnicas y sobre todo la inteligencia emocional, que serán clave para nuestra competitividad continua.
Nuestro objetivo es acompañar y dar el mejor servicio y confiabilidad a nuestros clientes desde la humildad, la valentía, la innovación, la creatividad y el éxito.
Ya lo decía el escritor y filósofo Elbert Hubbard hace más de un siglo: “Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres corrientes, pero no existe ninguna que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario”.
Resumen de la ponencia ofrecida en el XXV Foro Inmobiliario Tasación 2020 organizado por Cesine, Metros2.